Sí, lo sabemos: la rutina puede resultar frenética. El trabajo, las facturas, la vida familiar, los problemas que van apareciendo como por arte de magia… y un largo etcétera de situaciones que causan estrés, forman parte de nuestro día a día como un habitante más en nuestra casa. Si el estrés permanece dentro de unos niveles aceptables, puede suponer ese impulso que a veces nos falta para llevar a cabo proyectos, planes y actividades creativas. En cambio, si sigue en aumento, cruzaremos la delgada línea que separa el estrés positivo del negativo.

 

El denominado estrés negativo, si no lo cogemos a tiempo y lo controlamos, puede afectar seriamente a nuestra salud ocasionando reacciones físicas como erupciones en la piel, sudor, caída del cabello, dolores gastrointestinales y algo con lo que no contabas: problemas en tu salud oral.

A continuación, te contamos los síntomas más habituales del estrés visibles en nuestra boca:

Caries

Cuando nos sometemos a un estrés prolongado en el tiempo, nuestro sistema de defensas se debilita y aparecen más caries y erosiones. Además, cabe destacar que, existen estudios que demuestran que cuando las personas están estresadas tienen más tendencia a consumir azúcares y alimentos plagados de carbohidratos… y no, no ayuda.

Sequedad bucal

Seguro que alguna vez has notado una sensación de sequedad bucal ante situaciones de nervios o incluso miedo. El motivo está en que el estrés afecta al sistema nervioso central y las glándulas salivares no producen saliva correctamente. Una boca seca nunca es buena señal. Controla esos nervios 😉.

Bruxismo

¿Alguna vez te han dicho que rechinas los dientes al dormir? O aun estando despierto, ¿has notado cómo aprietas tu dentición de forma inconsciente? El bruxismo, además de otros motivos, viene dado por situaciones de estrés y problemas emocionales. Es conveniente acudir directamente al foco del problema y combatirlo, puesto que puede provocar un desgaste serio en nuestros dientes que los debiliten hasta el punto de poder llegar a romperlos.

Gingivitis y periodontitis

Un bruxismo severo ocasionado por el estrés, puede derivar en problemas más serios. Al dañar severamente los tejidos de nuestras encías, podemos acabar sufriendo una inflamación que acabe derivando en una infección más importante. Es conveniente acudir al dentista regularmente para mantener “a raya” esta posibilidad.

Candidiasis bucal

El estrés, al debilitar nuestras defensas, nos hace vulnerables a sufrir infecciones de parásitos y hongos. Los hongos hay que tratarlos con mucho cuidado. Es necesario que, si notas síntomas, acudas a un profesional.

El estrés a veces es inevitable, pero no nuestra forma de enfrentarlo. Está en nuestra mano realizar ciertos cambios diarios, cuidarnos más, dedicarnos más tiempo a nosotros mismos y no dejarnos llevar por la negatividad.

 

Recuerda, además de reformular tus rutinas, revisar periódicamente tu boca para prevenir y tratar posibles problemas bucodentales. ¡Te esperamos en López Pintos!